Prosa débil
Sí, hoy he creado un blog y precisamente ya no estamos en el 2000 cuando esto era el hervidero de otrora, a mis 28 años he decidido que Santiago de Chile tiene tanto para contar que todo lo que he callado a lo largo de estos años parecería una mera menudencia al lado del bife que me ofrecen en el almuerzo. Necesito vomitar estas letras que se me atragantan y me dejan una cara de sinsabor durante el día, ¿qué me llevo a esto? Verán soy un tipo raro, un tipo que no habla, al menos de la manera convencional, simplemente tomo un libro y comienzo a leer, pero mis ojos, como si fuera un bizco se arrancan sobre las páginas y observan esta maraña de bocinazos y pasos descontrolados. Afortunadamente duermo, menos de lo debido, pero lo necesario para no caerme al cruzar la calle, si no fuera así tendría para hacer increíbles biografías de cada fulano que se pasee desde Maipú hasta Las Condes. He recibido pedidos de no exponer ciertas historias, la verdulera por ejemplo, directamente me dijo: huevón, si sale algo en tu puta página, te voy a escupir hasta que me canse las ensaladas que tanto te gustan, ni cuenta te darás al comprarlas. Dudo que alguna vez lo sepa, pero no puedo saltarme su historia, aunque suene a traición. No lo sabe, pero fue ella la que me impulso a esto, el día que la sorprendí rascándose el sobaco segundos antes de venderle un par de tomates y manosearlos hasta que se cansó a su mejor amiga, solo por un motivo, el de hacer el día un poco más divertido.Es increíble los motivos que tiene la gente para tratar de cambiar la rutina durante su vida, como si fuera un experimento en el cual esperan ver con ansias el resultado, lamentablemente se van reduciendo día a día esta gente, se está llenado el carro de personas que tiran la toalla y operan en modo crucero sus vidas, comen, follan, ríen, lloran, pero sin poner el alma en ello, pero no los culpo, yo mismo tengo miedo de caer en el confort, por eso comenzaré a escribir, para que sus historias no mueran con el tiempo, esas historias que ya no se cuentan y que mueren inclusive en uno mismo.
