Oxímoron
Desapareció de a poco la gente. Desapareció con ello el ruido y crecieron los espacios. Pudimos oír nuestro corazón pegado al pecho del otro con tanto detalle que te podía dictar los pasos a seguir para poder elevarlo.
Desaparecieron las dudas y los edificios, se evaporaron los semáforos y el gentío. Y mientras ello ocurría pude ver sus ojos vidriosos sorprenderse por el simple milagro de estar vivos y por la fortuna de que Dios nos incluyera en ese lugar y momento.
Se perdieron los gritos y la migraña así cómo la pena por la ausencia y la frustración. Y mientras todo eso quedaba rezagado en el camino, pudimos ver como la noche caía sobre las montañas , mucho más tarde de lo habitual pero con colores infinitos traídos por el viento que golpeaba nuestros rostros.
Será exigua la floritura para describir ese momento, lo sé, puedo decirles que a eso se le llama "click" o "zing" y que solo podrán sentirlo una vez allí, entramados en la vorágine del mundo y sus maravillas, sumergidos en el silencio que a su vez esta lleno de notas diferentes.
Cabalgaré mi vida tratando de dar una nueva bocanada a esas sensaciones que marcarán mi pequeña existencia.